viernes, 4 de junio de 2010

Desechando lo desechable

Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco.

No hace tanto, con mi mujer, lavábamos los pañales de los críos, los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita, los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar.

Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda, incluyendo los pañales.

¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables! Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó botar. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el pañuelo de tela del bolsillo.

¡¡¡Nooo!!! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra. Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.

¡Guardo los vasos desechables!

¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez!

¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos!

Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida!

¡Es más!
¡Se compraban para la vida de los que venían después!
La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, vajillas y hasta palanganas de loza.
Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de refrigerador tres veces.

¡¡Nos están fastidiando!! ¡¡Yo los descubrí!! ¡¡Lo hacen adrede!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica.

¿Dónde están los zapateros arreglando las media-suelas de los tenis Nike?
¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando colchones casa por casa?
¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista?
¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?
Todo se tira, todo se desecha y, mientras tanto, producimos más y más y más basura.

El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad.
El que tenga menos de 30 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el que recogía la basura!!
¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de... años!
Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII)

No existía el plástico ni el nylon. La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en la Fiesta de San Juan.
Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban. De 'por ahí' vengo yo. Y no es que haya sido mejor. Es que no es fácil para un pobre tipo al que lo educaron con el 'guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo', pasarse al 'compre y bote que ya se viene el modelo nuevo'. Hay que cambiar el auto cada 3 años como máximo, porque si no, eres un arruinado. Así el coche que tenés esté en buen estado. Y hay que vivir endeudado eternamente para pagar el nuevo!!!! Pero por Dios.

Mi cabeza no resiste tanto.

Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que, además, cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real.

Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo) Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo.

Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita. ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?

¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron?

En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos.. . ¡¡Cómo guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡¡Guardábamos las tapas de los refrescos!! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia-calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos!

Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned-beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave. ¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.

Las cosas no eran desechables. Eran guardables. ¡¡¡Los diarios!!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para pone r en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. ¡¡¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne!!!

Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los goteros de las medicinas por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'éste es un 4 de bastos'.

Los cajones guardaban pedazos izquierdos de pinzas de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en una pinza completa.

Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada: ¡¡¡ni a Walt Disney!!!

Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡¡¡minga que la íbamos a tirar!!! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de botellones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.

Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. ¡¡¡Ah!!! ¡¡¡No lo voy a hacer!!! Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad son descartables.

Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo, pegatina en el cabello y glamour.

Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares. De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la 'bruja' como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva. Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la 'bruja' me gane de mano y sea yo el entregado.

Marciano Durán

Enero 2006

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Estreno nuevo blog de viaje

Después de 6 días en Buenos Aires, os informo de la creación de otro blog en el que podréis seguirme los pasos en un viaje mochilero por sudamérica. Eso no significa que "La vida en el campito" quede en el olvido pero, obviamente, no tendré demasiado tiempo para colgar entradas en ambos blogs aunque haré todo lo posible para poner cosillas interesantes, inquietudes variadas y algunas fotos de vez en cuando.


Espero que lo leáis de vez en cuando. Salud!

viernes, 24 de octubre de 2008

Un tarde de SEGWAY por Barcelona


Barcelona siempre te sorprende y esta vez tuve la oportunidad de descubrirla con otros ojos, bueno con los mismos pero a una altura y velocidad poco habitual. Ayer tuve la suerte de dar un paseo en Segway por Barcelona. Todo gracias a Núria y sus chanchullos que nos salió gratis y lo pasamos genial.

El Segway™ Human Transporter (HT) es el primer sistema de transporte personal que emula el sistema de balance humano. Es un aparato que no emite ningún tipo de contaminación ni ambiental ni acústica, ocupa aproximadamente lo mismo que un peatón y permite ir más rápido, llegar más lejos y llevar más carga que si fuera caminando, por lo que permite aprovechar mejor el tiempo y desplazarse de una forma cómoda y segura. Utiliza un sistema de giroscopios y sensores de inclinación que detectan la posición del cuerpo a una velocidad de 100 veces por segundo, de forma que se anticipa a los movimientos del usuario. Al inclinar el cuerpo hacia adelante, atrás, izquierda o derecha, el Segway se mueve inmediatamente en la dirección adecuada y a la velocidad que desee. Si se mantiene en posición vertical, se detendrá suavemente.

A pesar de que el día estaba muy lluvioso, a las 17:00 de la tarde mejoró el día y finalmente pudimos disfrutar de un cielo precioso en la playa y un color plateado de las aguas único!
Comenzamos a practicar un poquito en la plaça de Sant Just y rápidamente controlas el aparatito con un poco de soltura. Lo más importante es saber subirse y bajarte bien de el porque sino te destroza las espinillas. Es mucho más seguro de lo que parece en un principio y responde de manera super precisa y eficaz a cualquier movimiento natural del cuerpo.

Se inicia el tour por las preciosas callejuelas del Barrio Gótico y el guía nos iba contando un montón de historias a cerca de lo sádicos y torturadores que eran hace unos pocos años los romanos. Eran tan multitudinarias las ejecuciones y torturas en las plazas públicas que tuvieron que dejar de serlo ya que moría más gente aplastada entre el público que ejecutada. La vida humana tenía un valor tan ínfimo que incluso los niños no tenían nombre hasta que cumplían 4 años y ya había cierta seguridad de que no moriría de desnutrición o de alguna enfermedad.

Entre las estrechas calles, esquivando postes de metal y cacas perrunas, el guía nos va enseñando todas las curiosas tiendecitas y bares del barrio gótico. Desde las tiendas de ropa y decoración importada de todos los países del mundo, algunas con las demandadas máscaras de lucha libre mejicana, caramelos artesanales de todo los sabores imaginables, bares y pequeños restaurantes con mucho encanto...
Encontramos una diminuta capilla dedicada a San Cristófor, patrón de los viajeros, momento ideal para pedirle buenos augurios en mi gran viaje.
El guía era un sibarita y no se cansaba de recomendarnos restaurantes donde comer el mejor pescaíto frito, los flanes más originales o los pistachos más sabrosos de Barcelona. En definitiva, un barrio por descubrir y al que habría que prestar más atención a cada detalle cuando paseemos. Recomiendo ir con más visión de turista que de ciudadano catalán! No hace falta ir con chanclas y calcetines subidos hasta las rodillas!!!

Seguimos por el Passeig de Colom y llegamos a la famosa estatua. Aquí la gente ya empieza a mirarnos con curiosidad y algunos nos hacen fotos. Por el Port Vell y Marina ya disponemos de una ancho paseo para darle caña al aparatito. Hasta ahora teníamos la velocidad limitada a 8 km/h. Con una llave magnética nos lo pone a máxima velocidad y ahora podemos llegar a los 20 km/h con una aceleración brutal. Ahora es imprescindible no hacer giros bruscos porque te puede tirar al suelo.
Contemplamos el aparatoso hotel en forma de vela que están construyendo casi en medio del mar. Me da la sensación que queremos imitar la arquitectura de Dubai pero con un presupuesto algo más escaso!



Llegamos al Paseo marítimo del Port Olímpic pasando por las torres Mapfre y descubro que el famoso pez de cobre que hay en frente simboliza un casco de un conquistador. Qué bonito conmemorar las masacres de indios de manera tan artística y sutil!
Observamos a los surferos tratando de cabalgar sobre las pocas olas que les quedan después de la construcción de espigones de roca para evitar el avance del mar sobre la arena. Ahora ya regresamos de nuevo a la Plaza Sant Jaume y el frío comienza a notarse mucho en la cara y las manos. Esto es pero que ir en moto!!


Una experiencia muy recomendable y muy divertido montar en estos aparatitos. Aunque por 6.000 euros que cuesta cada uno ya pueden ser divertidos ya!


lunes, 13 de octubre de 2008

La historia de las cosas


El actual modelo económico basado en el consumo irracional no es sostenible.
Annie Leonard es una experta internacional en sostenibilidad y salud medio ambiental, con más de 20 años de experiencia de investigación en fábricas y vertederos alrededor del mundo. En base a su investigación ha lanzado un excelente documental llamado “The Story of Stuff”.

En este excelente vídeo de 20 minutos se explica de manera muy simple y concreta el problema del capitalismo (y el sistema de consumismo) como origen de la crisis climática y social, así como las repercusiones ecológicas y de salud que tiene y que estamos viviendo.

Está dividido en 3 partes. ¡Prestad atención!







Por mi parte trato de no caer en las redes consumistas y ser un consumidor algo racional aunque no siempre resulta fácil. Es un proceso lento y de costumbre.
¿Es necesario cambiar de móvil cada 6 meses porque ahora incluye un nuevo juego de marcianitos y tiene polisinfonías de Beethoven?, ¿He de comprarme unas sandalias nuevas cada verano porque ya no están a la moda?, ¿Tengo que tirar mi monitor de PC que funciona perfectamente para comprar uno más estilizado?, ¿Es necesario tener un enorme 4x4 para llevar a los niños al colegio?

La próxima vez que vayamos a un comercio deberíamos preguntarnos si es necesario y nos va a ser útil, o realmente, solo se trata de comprar “algo”, lo que sea.
Este sistema consumista sólo se basa en crear ganancias para los empresarios y las corporaciones mundiales, sin mirar el daño que hacen sobre el planeta y sobre nosotros mismos.


El vídeo no sólo expone el problema sino que habla de una nueva manera de pensar y empezar a solucionarlo. Y aunque la solución no es fácil, en la web tiene varias secciones con recomendaciones para contribuir a mejoras significativas y sobre todo aprender sobre la complejidad del problema.


Si quieres ver la versión original, de mejor calidad en inglés, o descargarlo mirad la web oficial.
http://www.storyofstuff.com/

martes, 7 de octubre de 2008

Así funciona la Bolsa

Este cuento anónimo es en el fondo una metáfora del funcionamiento de los mercados financieros.
Mi interés y conocimientos del mercado bursátil son nulos y con este texto he comprendido perfectamente como juegan con nuestros ahorros. No sé hasta qué punto este cuento se asemeja a la realidad así que se agradecen comentarios de economistas, accionistas, especuladores o banqueros que lo corroboren o desmientan.










" Un buen día llegó a una pequeña comunidad caribeña un señor implacablemente vestido. El hombre se instaló en el único hotel que había para descansar. Al día siguiente, por la mañana temprano, contrato un anuncio en la única página del periódico local que decía: "Estoy dispuesto a comprar cada mono que me traigan de la selva por diez dólares".
Los campesinos, que sabían que el bosque estaba lleno de monos, salieron corriendo a cazar monos. El hombre compró, tal y como había asegurado en el anuncio, los cientos de monos que le trajeron. Pagó por cada mono diez dólares sin chistar. Al día siguiente, como ya quedaban muy pocos monos en la selva y era difícil cazarlos, los campesinos habían perdido el interés.
Entonces aquel hombre decidió ofrecer 20 dólares por cada mono capturado. ¿Qué ocurrió? Que los campesinos, sin dudarlo ni un segundo, corrieron otra vez a la selva. El señor implacablemente vestido volvió a comprar todos los simios que le trajeron.
Nuevamente, fueron mermando los monos. Sin pensárselo dos veces, el hombre elevó la oferta hasta alcanzar los 25 dólares. Como resultado, los campesinos volvieron inmediatamente a la selva.
Evidentemente, su objetivo volvía a ser cazar todos los pocos monos que quedaban, hasta que ya comprobaron que era casi imposible encontrar uno. Llegado a este punto, el hombre ofreció 50 dólares por cada mono.
Al día siguiente, el señor implacablemente vestido tomó la decisión de abandonar el selvático pueblo. El motivo era que tenía transacciones comerciales que atender en la ciudad. Entonces dejó a cargo de su ayudante el negocio de la compra de monos.
Una vez que el hombre emprendió viaje a la ciudad, su ayudante se dirigió a los campesinos diciéndoles: “Fíjense en esta jaula llena de miles de monos que mi jefe compró para su colección. Yo les ofrezco venderles a ustedes los monos por 35 dólares. Cuando mi jefe regrese de la ciudad, se los venden ustedes a él por 50 dólares cada uno.
Los campesinos del lugar juntaron todos sus ahorros y compraron los miles de monos que había en la gran jaula. Satisfechos con la operación mercantil, se sentaron relajados a esperar que el hombre implacablemente vestido regresase al pueblo.
Desde ese día, los campesinos caribeños no volvieron a ver ni al ayudante ni al hombre implacablemente vestido. Lo único que vieron fue la jaula llena de monos que compraron con sus ahorros de toda la vida. "

lunes, 6 de octubre de 2008

La Gallina Pelada con A.D.


Después de una divertida excursión pasada por agua a La Mola y una al Montseny que se anuló debido también a la lluvia, este domingo hicimos la "tercera" excursión organizada por el Grupo de Jóvenes ALGO DIFERENTES. Lamentablemente será también la última en la que yo participe porque mi viaje al Gran Cono Sur es inminente. Así que todo aquel que disfrute del excursionismo y quiera organizar salidas en las que hacer sudar a los jóvenes puede presentar un currículum en C/ Manso 101 de Sabadell.

Por suerte esta vez, pudimos disfrutar de un día buenísimo, soleado y sin nubes, con una excelente visibilidad y la temperatura ideal para no sudar como pollos... o gallinas. Muchos de los jóvenes excursionistas aún se preguntaban a las 7:30 de la mañana si realmente existía esa montaña o era una mis payasadas. Pues sí!! La Gallina Pelada existe!!! También conocida como Cap de Llitzet (2.327 m.) es el pico más alto de la Serra d'Ensija (Alt Berguedà) y se encuentra en pleno pre-Pirineo.

Comenzamos a subir desde la Font Freda (1.670 m.) y en el primer trozo de subida a través de un bosque de pinos comenzamos a sacar la lengua porque la Núria se ha tomado 3 Red Bull para desayunar. Después de eso, sólo hay que pasear por extensos y bonitos prados (no todos están de acuerdo conmigo en eso jejeje) con vacas y caballos. Pasamos al lado del refugio guardado Delgado Úbeda y después de una ligera subidilla llegamos a la cruz de la cima (a los que se preguntaban que virgen era la de la estatuilla, deciros que es la Mare de Déu de Queralt).
Desde ahí se contempla una amplísima panorámica de 360 grados que incluye el macizo del Pedraforca (con una vista muy distinta a la que tenemos acostumbrada a ver en fotos), la sierra del Cadí, el Moixeró, los picos de la Tossa d'Alp, el Puigllançada, el Puigpedrós y el Carlit entre otros en la ladera norte; el Catllaràs, el Taga y los Rasos de Peguera al este; el Montseny, La Mola y Montserrat al sudeste; la serra de Els Lladres y la de Busa al sur y el Montsec, el Port del Comte y la sierra del Verd, con los principales picos del Pirineu Occidental de fondo, al oeste.

Espero que disfrutárais con un dominical día de campito y que las agujetas del lunes no hayan sido excesivas. Ahí dejo unas fotillos.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Cerrando círculos

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los porqués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.


Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.

El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú. Suelta el resentimiento. El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte mentalmente, envenenarte, y amargarte.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, házlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.

Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.

Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.

Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!


Paulo Coelho

martes, 23 de septiembre de 2008

Cuando el sol se va...


Madrugones a las 5 de la mañana, cantidad de kilómetros a pie o en auto, intenso frío acompañado de tiritera, salir corriendo al finalizar la jornada laboral en invierno para no llegar tarde al evento, rallies por caminos imposibes tratando de alcanzar un punto elevado y llegar en el momento justo... Estas son algunas de las situaciones que he tenido que vivir para disfrutar de uno de los mayores espectáculos de la Naturaleza. Una mezcla de luz y color única de la que podemos disfrutar a menudo si hacemos un pequeño esfuerzo.

Este es el resultado fotográfico de varios años de búsqueda y contemplación de amaneceres y atardeceres.



Tema: La piedra redonda
Artista: El último de la fila
Álbum: Como la cabeza al sombrero
Año: 1988

Lo que tengo lo llevo conmigo
en esta absurda bolsa y en este absurdo cuerpo,
lo que quiero está siempre tan lejos
quizá al final de este absurdo camino.

A veces, cuando el sol se va,
tiñendo de violeta la esquina del mar
comprendo que nunca tuve nada y que
muy probablemente nunca lo tendré.

Uuuuh!... Sólo el beso de tu voz en el alma.
Uuuuh!... Y el perfume de tu cuerpo a mi alrededor.
Me siento tan solo, no sé en qué dirección correr
como un pájaro raro, que llegó al festín de los monos.

Llévame, aire del camino
hasta donde nadie me pueda encontrar.
Llévame, aire tibio y azul
y abandóname colgado de tu luz.
En tu luz brillante de cuchillo
adivinaré la rosa y el clavel.
Llévame, aire del camino,
hasta donde nadie me pueda encontrar.

A veces, cuando asoma el sol,
llenando de diamantes la quietud del mar,
me doy cuenta de que siempre fue así;
siempre estuve solo y siempre lo estaré.

Uuuuh!... Cuántas veces soñando despierto.
Uuuuh!... Creo verte entre la multitud.
En algún lugar alguien debería escribir
que este mundo no es más
que una enorme piedra redonda.
Me siento tan solo, que no sé en qué dirección correr,
como un pájaro raro, que llegó al festín de los monos.

Llévame, aire del camino
hasta donde nadie me pueda encontrar.
Llévame, aire tibio y azul
y abandóname colgado de tu luz.
Y en tu luz brillante de cuchillo
adivinaré la rosa y el clavel.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Probablemente, el primer mensaje ecologista

En 1854, Franklin Pierce, presidente de los Estados Unidos intentó comprar las tierras de una tribu piel roja y eso implicaba el traslado definitivo de su tribu a una lejana reserva. Los Suquamish eran una tribu asentada en el actual estado de Washington.
El jefe Seattle, líder de los Suquamish y Duwamish respondió a Pierce con un discurso de al menos media hora.



¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento, ni aun el calor de la tierra? Dicha idea nos es desconocida. Si no somos dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas ¿Cómo podrán ustedes comprarlos? Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada brillante mata de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocío en los oscuros bosques, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto es sagrado a la memoria y al pasado de mi pueblo. La savia que circula por las venas de los árboles lleva consigo las memorias de los pieles rojas.

Los muertos del hombre blanco olvidan su país de origen cuando emprenden sus paseos entre las estrellas; en cambio nuestros muertos nunca pueden olvidar esta bondadosa tierra, puesto que es la madre de los pieles rojas. Somos parte de la tierra y asimismo ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el venado, el caballo, el gran águila; éstos son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia.

Por todo ello, cuando el Gran Jefe de Washington nos envía el mensaje de que quiere comprar nuestras tierras, nos está pidiendo demasiado. También el gran Jefe nos dice que nos reservará un lugar en el que podamos vivir confortablemente entre nosotros. El se convertirá en nuestro padre y nosotros en sus hijos. Por esto consideramos su oferta de comprar nuestras tierras. Ello no es fácil, ya que esta tierra es sagrada para nosotros,

El agua cristalina que corre por ríos y arroyuelos no es solamente agua, sino que también representa la sangre de nuestros antepasados: Si les vendemos la tierra, deben recordar que es sagrada, y a la vez enseñar a sus hijos que es sagrada y que cada reflejo fantasmagórico en las claras aguas de los lagos cuenta los sucesos y memorias de la vida de nuestra gente. El murmullo al caer el agua es la voz del padre de mi padre. Los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed; son portadores de nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos.

Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben recordar y enseñarles a sus hijos que los ríos son nuestros hermanos y también lo son suyos, y por lo tanto deben tratarlos con la misma dulzura con que se trata a un hermano.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida. El no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro, ya que es un extraño, que llega de noche y toma de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga, y una vez conquistada sigue su camino, dejando atrás la tumba de sus padres sin importarle. Les secuestra la tierra a sus hijos. Tampoco le importa. Tanto la tumba de sus padres como el patrimonio de sus hijos son olvidados. Trata a su madre la tierra, y a su hermano, el firmamento, como objetos que se compran, se explotan y se venden como ovejas o cuentas de colores. Su apetito devorará la tierra, dejando atrás sólo un desierto. No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar cómo se abren las hojas de los árboles en primavera o cómo aletean los insectos.

Pero quizá también esto debe ser porque soy un salvaje que no comprende nada. El ruido sólo parece insultar nuestros oídos. Y después de todo. ¿Para qué sirve la vida si el hombre no puede escuchar el grito solitario del chotacabras ni las discusiones nocturnas de las ranas al borde de un estanque? Soy un piel roja y nada entiendo. Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado con aromas de pinos.

El aire tiene un valor inestimable para el piel roja ya que todos los seres comparten un mismo aliento, la bestia, el árbol, el hombre, todos respiramos el mismo aire. El hombre blanco no parece consciente del aire que respira; como un moribundo que agoniza durante muchos días es insensible al hedor. Pero si les vendemos nuestras tierras deben recordar que el aire nos es inestimable, que el aire comparte su espíritu con la vida que sostiene. El viento que dio a nuestros abuelos el primer soplo de vida, también recibe sus últimos suspiros. Y si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben conservarlas como cosa aparte y sagrada; como un lugar donde hasta el hombre blanco pueda saborear el viento perfumado por las flores de las praderas.

Por ello consideramos su oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, yo pondré una condición: el hombre blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos.
Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida. He visto a miles de búfalos pudriéndose en las praderas, muertos a tiros por el hombre desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo cómo una máquina humeante puede importar más que el búfalo al que nosotros matamos sólo para sobrevivir. ¿Qué sería del hombre sin los animales? Si todos fueran exterminados, el hombre también moriría de una gran soledad espiritual. Porque lo que suceda a los animales también le sucederá al hombre. Todo va enlazado.

Deben enseñarles a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros abuelos. Inculquen a sus hijos que la tierra está enriquecida con la vida de nuestros semejantes a fin de que sepan respetarla. Enseñen a sus hijos lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra les ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a sí mismos. Esto sabemos: la tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Esto sabemos. Todo va enlazado, como la sangre que une a una familia. Todo va enlazado. Todo lo que le ocurra a la tierra les ocurrirá a los hijos de la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida; él es sólo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace así mismo
Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con él de amigo a amigo, queda exento del destino común. Después de todo, quizás seamos hermanos. Ya veremos. Sabemos una cosa que quizá el hombre blanco descubra un día: nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes pueden pensar ahora que El les pertenece, lo mismo que desean que nuestras tierras les pertenezcan; pero no es así. El es el Dios de los hombres y su compasión se comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco. Esta tierra tiene un valor inestimable para El, y si se daña se provocaría la ira del Creador. También los blancos se extinguirán, quizá antes que las demás tribus. Contaminen sus lechos y una noche perecerán ahogados en sus propios residuos.
Pero ustedes caminarán hacia su destrucción rodeados de gloria, inspirados por la fuerza del Dios que los trajo a esta tierra y que por algún designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja. Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos por qué se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los rincones secretos de los bosques con el aliento de tantos hombres y se atiborra el paisaje de las exuberantes colinas con cables parlantes. ¿Dónde está el matorral? Destruido. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Termina la vida y empieza la supervivencia.

El Dr. Henry A. Smith estuvo presente en ese discurso y lo publicó en el ‘Seattle Sunday Star’ en 1887. Hay cierta incertidumbre acerca de la exactitud y veracidad de las palabras del jefe indio ya que el discurso fue traducido de la lengua nativa del Jefe Seattle (el Lushotseed) al Chinook, lengua que Smith conocía parcialmente. Henry tomó sus notas en este idioma y las publicó más de treinta años después traducidas al inglés.
Posteriormente han aparecido otras versiones de este discurso inicial. Esta es la tercera y última versión (que es la que más ha circulado), escrita por Ted Perry a finales de los años 1970s para una película llamada "Home" que fue producida en Estados Unidos por la Convención Bautista del Sur.
En todo caso, lo que sí es cierto es que el Jefe Seattle era un visionario ecologista anticipado a su tiempo y se convirtió en un modelo a seguir del movimiento ecologista. Su discurso, cuya sabiduría, critica y prudente esperanza, casi 150 años después, nos asombra y admira.


"Mis palabras son como las estrellas, nunca se extinguen", dijo el Gran Jefe Seattle.
Su pueblo no ha sobrevivido, sus palabras no se escucharon

Para más información:
http://blogs.periodistadigital.com/btbf/trackback.php/124813

Usa protector solar

Por muchas veces que vea éste vídeo no deja de emocionarme.
Es sin duda lo mejor que he visto en la red.
Acomodaros, no lo veáis con prisas.
Tomaros sólo 7 minutos y prestad atención a lo que dice.
Sentid la música.
Reflexionad.


"Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud. No me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y la belleza de tu juventud hasta que se te haya marchitado. Pero créeme, dentro de 20 años cuando en fotos te veas a ti mismo comprenderás de una forma que no puedes comprender ahora cuántas posibilidades tenías ante ti y lo guapo que eras en realidad. "

15 días en agosto

Me encanta este corto. Un diez para los autores!!
Yo también me quedo con Peter Pan, con los inmaduros, con la reflexión, con la vida!!



Tema: De mayor
Artista: Enrique Bunbury
Álbum: Pequeño
Año: 1999

Cuando era pequeño me enseñaron
a perder la inocencia gota a gota
¡qué idiotas!
Cuando fui creciendo aprendí
a llevar como escudo la mentira
¡qué tontería!
De pequeño me enseñaron a querer ser mayor,
de mayor quiero aprender a ser pequeño.
Y así cuando cometa otra vez el mismo error
quizás no me lo tengas tan en cuenta.
Me atrapó el laberinto del engaño
con alas de cera me escapépara no volver.
Cerca de las nubes como en sueños
descubrí que a todos nos sucede
lo que sucede.
De pequeño me enseñaron a querer ser mayor,
de mayor quiero aprender a ser pequeño.
Y así cuando cometa otra vez el mismo error
quizás no me lo tengas tan en cuenta.
De pequeño me enseñaron a querer ser mayor,
de mayor quiero aprender a ser pequeño.
Y así cuando cometa otra vez el mismo error
quizás no me lo tengas tan en cuenta.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Pasión por la montaña

Voy a inaugurar este nuevo blog personal con un texto que siempre me ha encantado. Está extraído del prólogo del libro "Cimas pirenaicas" de Michel Sébastien (1985).
En el, el autor es capaz de plasmar en un papel su pasión por la montaña, y los sentimientos que ésta le despierta. Sensaciones que, en gran parte, también yo percibo pero que me son tremendamente difíciles de expresar.
Quizás leyendo esto podáis haceros una idea de qué es lo que me motiva a caminar durante horas por piedras y más piedras.



“ He pasado varias temporadas en el paraíso. Con los ojos al acecho, los músculos tensos, el gusto del vagabundeo en el corazón, he recorrido las cimas siempre con el mismo placer renovado. Tengo la montaña en la sangre. Unos días sin verla o sin andar y siento que me falta algo. Sueño delante de los mapas, de las fotos. Y pronto me veo obligado a partir de nuevo. La tentación es demasiado fuerte, y las cimas están ahí. A menudo, al empezar una ascensión, me digo: «¡Qué bien me siento!» Y al terminarla, pienso ya en la siguiente y en los placeres diversos, variados, profundos que me aportará.

He escrito este libro con esta perspectiva apasionada, incluso pasional. Espero que encuentres en él el mismo impulso que me ha arrastrado tantas veces hacia lo alto. Soy, por consiguiente, un excursionista de base, de ojos curiosos. Quisiera hacerte compartir esta curiosidad o esta emoción ante el espectáculo sencillo y maravilloso de nuestras montañas. He descubierto la montaña mucho más con el pie que con la mano. Las pequeñas mariquitas del Monte Perdido me han intrigado mucho, y el edelweiss del macizo del Ossau me ha emocionado. Deberíamos disfrutar de estas emociones sencillas y profundas. Un amanecer en Osué, el miedo durante la tormenta sobre una arista delgada como un hilo (un sable), en eso consiste la sal de la vida. La larga marcha, que exige un largo aliento y paciencia, nos conduce con frecuencia hacia el placer del descubrimiento y la satisfacción de los músculos y de los ojos.

Sin embargo, no creas que todo es placer. En ocasiones, el accidente, el incidente, la torpeza, el tiempo o el error impiden terminar una ascensión. (Yo tuve que hacer seis tentativas antes de llegar a la cima de las modestas Piques Rouges de Bassiés) Pero también he conocido el deslumbramiento de las mañanas claras en las cimas del Vignemale o el Montcalm. Y siempre he pensado en la inmensa suerte de que disfrutábamos, amigos montañeros, por estarnos permitido el placer de trepar. Y de descubrir.

Quieran los dioses de la montaña continuar colmándonos por mucho tiempo. Porque si bien la montaña nos da conciencia de nuestra fuerza (relativa), fuerza que nos permite llegar a la meta, nos da también conciencia de nuestra debilidad y de nuestra fragilidad. ¡Qué pequeño resulta el hombre sobre un glaciar! Y esas pequeñas hormigas rojas que trepan por una cresta, ¿qué peso representan ante la eternidad de las cimas?

Que nuestro efímero paso por la tierra se prosiga en la alegría de los mañanas que nos arrastran hacia los prestigiosos Posets o el puntiagudo Monteixo. Hermanos humanos que vivís conmigo y apreciáis la montaña, vale la pena. Es la fuente de nuestros ríos y de nuestras alegrías y placeres intensos y profundos. Y eso es todo. Después de nuestros paseos, a veces largos, quería contaros todo eso. Sé que vibramos ante las mismas emociones. Ojalá dure.

La montaña es un sueño, una oración. Y también una realidad, a veces dura y áspera, amarga, desagradable, agotadora. Pero la mayor parte de las veces significa la realización de nuestros viejos fantasmas, la realización del yo profundo, la plenitud ganada con el simple esfuerzo, directo, físico, casi bestial. Aunque las montañas nos trascienden, también nos permiten trascendernos. A veces, desde la altura de las cimas, nos inclinamos sobre la profundidad de nosotros mismos y de la vida, de esta vida que es tan bella.”